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martes, 3 de abril de 2012

Sonidos penosos

Qué fácil es encontrarse un directo con un sonido penoso durante la actuación de muchas de las bandas que componen los carteles de los festivales. Hay que aclarar que no siempre ocurre, pero es bastante habitual. 

Gracias a Dios, he podido acudir a decenas de eventos Metaleros, pero por desgracia me ha tocado tragarme en muchas ocasiones el desastroso sonido con el que bandas muy respetables tratan de complacer inútilmente a sus fieles seguidores.

Lo habitual es que se reserve el mejor sonido para los cabezas de cartel, algo que considero totalmente injusto y lamentable, tanto para el resto de bandas, como para el público asistente.

En lo que se refiere a las bandas, decir que ninguna de ellas se merece tener mejor o peor sonido, porque todas ellas se han ganado a pulso un puesto en el evento cuando firman el contrato y todas han trabajado duro para lograr sus metas y objetivos; TODAS.

En lo que se refiere al público, se ha pagado una entrada para disfrutar al máximo posible de las bandas anunciadas, pero se ha pagado para escucharlas bien y tenemos todo el derecho de que así sea, pero casi nunca lo es. Acoples, escasa potencia, micros mudos, sonido estridente, guitarras caídas, bombos saturados… en fin, una amalgama de deficiencias que ni los grupos ni el público merecen aguantar.

Muchos dirán: "como el cabeza de cartel son tal y tal… por eso lo hacen, para que luzca más la estrella del evento". Pues NO señores… NO, la estrella sólo brillará si es verdaderamente una estrella y demuestra su categoría, sacrificio y buena actitud sobre el escenario. 

Pero lo realmente injusto es que, sobre tener que codearse con bandas de gran caché, las demás tengan que luchar también contra el sonido, o más bien, con el encargado/os de regularlo. La valía o profesionalidad de un grupo no es otorgada por el sonido, aunque la desluzca. Sólo un buen trabajo y la entrega total por lo que haces merece de un buen reconocimiento y valoración por parte del espectador, y si encima suena bien, pues mejor, mucho mejor.


Así que el gran problema de los grupos de segunda línea es que, sin un sonido decente, nunca llegarás a apreciar lo que ciertamente desean transmitirte los músicos, con más razón cuando estos carecen del gran espectáculo que suelen transportar las grandes bandas míticas quedando el sonido como su única arma de valor, ya que la presencia estética nunca será suficiente cara al espectador si esta no es complementada con un buen sonido. 

Casos como el de Ralf Scheepers (Primal Fear) con el micrófono “a cero”, el de Axel Rudi Pell con su guitarra “muda”, o el de Cradle Of Filth sonando sin su corista (aunque allí estaba) totalmente distorsionados, son tres buenos ejemplos que he podido vivir viendo cómo se le destroza la actuación a un buen grupo. 

Ya sabemos que equipos musicales los hay para todos los gustos y que unos sonarán mejor que otros, pero lo que es intolerable es que se nos quiera hacer creer que ciertos ajustes técnicos sean tan malos, eso no se lo traga nadie. Cuando se monta un escenario con sus luces y sus altavoces, una vez acabado el montaje se hacen las mil y una pruebas pertinentes para ajustarlo todo. Además, ese trabajo es ejecutado por profesionales en la materia que saben perfectamente lo que hacen. Está muy claro que un error lo puede tener cualquiera, pero siempre el mismo error… no cuela.
¡Señores de sonido! déjense ya de excusas y favoritismos y comiencen a tratar a todos los grupos por igual en este aspecto. Dejen que cada grupo se defienda con lo que posee sin ponerle piedras en el camino y preocúpense de darle al público lo que espera cuando se adquiere una entrada, sobre todo si esta te sale cara. Tengan en cuenta que tanto unos como otros somos la materia prima necesaria para que existan esos festivales.

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