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martes, 5 de junio de 2012

FESTIVAL ATARFE VEGA ROCK (2006)

Por primera vez clavábamos nuestros ojos en un evento Metalero celebrado en la provincia de Granada, concretamente en Atarfe, localidad situada a pocos kilómetros de Sierra Nevada y desde donde esta se puede divisar majestuosa y gélida en la distancia. 

El festival se celebraba los días 10 y 11 de marzo de ese año 2006 y el cartel era impecable. Sino… miren esto:

Viernes 10: Brainstorm, Virgin Steele, Impaled Nazarene, Vicious Rumors, Hypocrisy, W.A.S.P. y Testament.

Sábado 11: To/Die/For, Monsorrow, Ten, Masterplan, Behemoth, Nuclear Assault, Crematory, Gamma Ray, In Extremo y Stryper.

Grandísimo cartel el que se presentaba, pero nuestro trabajo nos impedía acudir a los conciertos del viernes. Aun así, era tal la motivación que nos creaba, que tal como terminamos de trabajar cogimos el vehículo (ya con los bártulos preparados) y nos encaminamos hacia el sur de la península desesperados por conseguir llegar a tiempo para poder ver alguna de las últimas bandas que actuaban ese día. 

Desde un principio teníamos claros los cálculos y sabíamos que no llegaríamos a tiempo, pero partimos igualmente de viaje. Se nos comían las ganas de estar allí.
Decidimos ir por el interior. Nos dirigimos a Requena por la carretera de Madrid y luego dirección Albacete. Después de casi 300 km. de camino recorrido llegando ya a Albacete, nos fijamos en la gasolina que nos quedaba y todavía quedaba casi medio tanque. Aun así, decidimos llenarlo porque todavía nos quedaban otros 300 km. por delante. "En cuanto veamos una gasolinera paramos a repostar y así nos olvidamos de parar más tarde", le dije a mi señora. 

Al momento me dice: "allí hay una, mira las luces". "De maravilla", le contesté, "nos viene que ni pintado". Y en cuestión de 10 segundos… ¡puffff!, se apagan las luces. "¿Has visto?, han apagado las luces, ¿habrán cerrado?", me comentó. 

Y así fue, a las 22:00 h. en punto se cerraba esa gasolinera justo instantes previos de pasar circulando por delante mismo de ella. "Pues nada, no pasa nada, en la siguiente paramos que todavía tenemos combustible para hacer al menos 200 km. más", le comenté. Y continuamos el camino. 

Tal como íbamos avanzando kilómetros íbamos pasando más y más estaciones de servicio, pero todas estaban cerradas. Poco a poco veíamos que la aguja del nivel de fuel iba bajando y seguíamos sin encontrar una estación abierta. 

Cuando la aguja bajó de ¼ de depósito la preocupación comenzaba a afectarnos, ya que llevábamos más de 120 km. sin encontrar la manera de repostar. Y así continuamos, cada vez más nerviosos porque el tema empezaba a hacernos pensar.

Eran ya cerca de las 23:30 h. cuando el asunto se puso serio. Los nervios comenzaron a apoderarse de nosotros notablemente cuando poco rato después vimos encenderse el chivato de la reserva (ya nos veíamos tirados sin gasolina en el arcén de la carretera) 

Mi conducción era de lo más suave y sutil, tratando de aguantar lo máximo posible con lo poco que a esas horas nos quedaba en el depósito e intentando llegar a alguna población donde pudiésemos repostar. Y esa población era Úbeda, puesto que era la única de dimensiones considerables para poder encontrar una estación abierta. 

Un rato más tarde, aparece en la oscuridad un pueblecito, El Campillo, nos metimos en él sin pensarlo y… nada de nada. 

Con los nervios como soles volvíamos a la carretera, desesperados y casi convencidos de que esa noche nos tocaría llamar a una grúa antes de que nos pillase parados la Guardia Civil y nos multase por quedarnos sin combustible. 

La siguiente población más cercana ya era Úbeda, pero yo miraba la aguja y dudaba muchísimo que pudiésemos llegar sin quedarnos tirados, todavía quedaban unos 7 u 8 km. y la aguja ya estaba clavada en el fondo del "abismo".

Con los nervios a flor de piel y una tensión de rabia contenida que se mascaba en el ambiente, nos suena el teléfono: "¿qué pasa?, ¿dónde estáis?", era mi colega Pere con el que habíamos quedado en reunirnos en Atarfe esa misma noche. Le explique bastante preocupado y exaltado lo que nos estaba ocurriendo, y lo lamentó. Pero entonces me dice: "pues te voy a dar una mala noticia, pero no te enfades mucho que no pasa nada, ¿eh?... Crematory no vienen, han cancelado la cita, supuestamente por problemas de salud del cantante". ¡¡¡BOOMMMMMMMMMMMMM!!!, …no quiero decir todo lo que me salió por la boca al escuchar la noticia, incluso pensé en dar la vuelta en cuanto pudiésemos repostar, pero la realidad era que seguíamos con el problemón del combustible y Úbeda aún estaba algo distante. 

Hasta que llegó el momento en el que la furgoneta comenzó a dar golpes cuando circulábamos cuesta arriba. Mis pies y mis cinco sentidos estaban jugueteando con los pedales como piloto poseído intentado hacer maravillas con el poco líquido que nos quedaba en el tanque, incluso apagaba el contacto cuando circulábamos cuesta abajo para ahorrar lo máximo posible. Mi señora llorando como una magdalena... y yo como una fiera. No nos lo podíamos creer. Con lo felices que habíamos partido… L L

Y en ese momento, divisamos Úbeda, muy cerca de la vía por la que circulábamos. Se nos hizo eterno, pero pronto llegamos a una entrada a esa población, giramos una curva y… se paró la furgoneta. Como ya tenía alguna experiencia en ello, sabía que todavía podía arrancar un par de veces jugando con los pedales y circular unos cientos de metros. Pues señores, en esos cientos de metros... ¡HABÍA UNA GASOLINERA Y ESTABA ABIERTA! (gracias a Dios o a San Pedro). Entré en ella a trompicones, paré junto al surtidor... y la llorera de susto + alegría que se pegó mi señora fue de libro. 

Baje del vehículo y me dirigí a la ventanilla donde se encontraba un operario medio “encarcelado”. Él fue quien nos dio toda la explicación de por qué estaban cerradas todas las estaciones de servicio en un trayecto de 200 km. Según me contó era por los constantes atracos de las que eran victimas cuando llegaba la noche en la zona. "Hasta los camioneros llegan aquí llorando...", me decía tras contarle la que había cogido mi señora, "... ya que esta es la única estación que hay abierta desde Albacete", me comentó. Luego me puse a repostar y es la única vez en mi vida que me convertí por momentos en un obseso por el petróleo. Olía a gloria.

Con el tanque a rebosar y con unas caras como si nos hubiésemos hecho 40 km. corriendo, nos dispusimos a retomar el camino que nos quedaba para llegar a nuestro destino (120 km. aproximadamente por la carretera de Jódar). Pero entonces volvía a nuestra mente la cancelación de Crematory y los morros se nos hinchaban sólo de pensarlo. 

Y al final llegamos al destino, pero nos dirigimos directamente al hotel, ya que poco antes de llegar volvió a llamarnos nuestro amigo Pere para avisarnos de que estaba a punto de terminar esa jornada de conciertos. Así que ese viernes no pudimos llegar a tiempo de ver a ningún grupo. 

Al llegar al aparcamiento de ese hotel fue cuando conocimos a Cristian, otro colega de la comarca de la Ribera en la provincia de Valencia. Esperaba con él nuestra llegada.
Al día siguiente todavía nos invadía la rabia contenida por la aventura de la noche anterior, pero mirando el cartel que nos quedaba por ver ese día se nos iban aliviando un poquito las penas, pero sólo un poquito, ya que Crematory eran nuestros preferidos y no los íbamos a poder ver.

Por fin llegamos al recinto, la nave Medina Elvira, una nave en forma de L y bastante grande a simple vista, pero me pareció algo pequeña para la categoría de los grupos que lucían en el cartel. La pequeña zona exterior que había junto a la entrada principal del recinto estaba delimitada con unas vallas que la acotaban, las cuales creaban una sensación de espacio reducido en el exterior muy notable, además de que lo era de por sí.
Pulsera (la más horrible que he visto nunca)
Los primeros en salir a escena fueron los Finlandeses To/Die/For, banda de Gothic Metal (o Love Metal como algunos lo denominan). Anteriormente habíamos escuchado algo de ellos (su primer disco) y era una banda apenas de nuestro agrado. Nos parecían demasiado blandos. Pero el directo que nos ofrecieron fue la tumba que enterró nuestra opinión sobre ellos. Sencillamente… sensacionales. El sonido que sacaron fue muy bueno y la voz más melódica y suave del frontman quedaba en un segundo plano cuando este sacaba de la garganta su parte más agresiva. Las canciones supuestamente más tiernas se convertían en temazos contundentes. Muy buenos en directo.
Luego, lamentablemente, nos anunciaron que Behemoth también caían del cartel por problemas con los equipajes en un aeropuerto (eso es lo que nos contaron). Otro varapalo gordo para nosotros.

Después de ver los primeros lances de Monsorrow plagados de sangre ficticia hasta las orejas, aprovechamos para dar la vuelta que de costumbre solemos dar por los Merchan, barras y demás. Los escuchamos algo distanciados, y aunque sonaron bastante bien, no nos motivaron en acercarnos nuevamente, ya que el estilo musical que despliegan es de los menos afines a nuestros gustos.

Con Ten nos ocurrió lo mismo, tampoco nos hacía mucho su estilo y estuvimos aprovechando para pegar un bocado revitalizante.
Poco después saltaban a escena Masterplan, con Jorn Lande a la cabeza. El sonido me pareció algo estridente y confuso, pero la banda hizo un buen trabajo, aunque no se apreció como se debía a causa del mal sonido.

Cuando le tocaba el turno a Behemoth, los sustituyeron Impaled Nazarene, que repitieron actuación ese día tras la baja inesperada de los polacos. Pero estos tampoco me gustaron; demasiado descontrolados. Eso sí, salvajes como ellos solos.
Luego le tocaba el turno a los neoyorquinos Nuclear Assault, una banda de los ´80 que por fin iba a poder ver. Pero quedamos bastante disgustados con lo que vimos y escuchamos, no nos agradaron nada. Nos sentimos bastante defraudados con ellos después de la expectación que nos habían creado al ver su nombre en el cartel. Esos Nuclear no sonaron como los Nuclear de los ´80.

A continuación… la otra modificación, Vicious Rumors, banda del día anterior que también repetían actuación sustituyendo en este caso a Crematory. Estuvieron bastante bien, pero lejos de ofrecernos un gran concierto. Pasaron sin pena ni gloria por el escenario.
Gamma Ray sonaron muy potentes y se marcaron un buen directo con el que la gente disfrutó muchísimo, como ya suele ser costumbre cuando actúan los germanos. Gran directo.

Más tarde aparecían, In Extremo. Al principio, cuando comenzaron a sonar las gaitas que caracterizan a la banda, la gente no reaccionaba. Pero en cuestión de minutos el público se percató de que estaban presenciando a una de las mejores bandas del festival. Fue una gran fiesta general que muchos no esperaban tras la gran actuación de Gamma Ray

Gran concierto y muy buen montaje escénico con ese barco como fondo de escenario, buen espectáculo de luces, brutales ráfagas de fuego y pirotecnia, y además, el espectáculo que crean esos siete músicos que componen el grupo a los que se les ve disfrutar mucho haciendo sonar tan peculiares instrumentos (los más estrafalarios que nunca habíamos visto en un directo Metalero). La voz de Michael… muy cautivadora, además tiene planta de líder donde los haya.
Por cierto, mientras disfrutábamos de esa actuación alguien me golpeó con el hombro en la espalda. Me giré rápidamente pues el golpe era considerable, y cual fue nuestra sorpresa cuando vemos que quien me había golpeado lo había hecho sin ninguna mala intención, ya que era uno de los dos seguratas que se llevaban arrastrando a Jarno Perätalo (vocalista de To/Die/For). Simplemente buscaban paso entre la multitud. 

Jarno llevaba una “castaña” encima que quedó inconsciente. Nos hizo gracia ver cómo se lo llevaban mientras este arrastraba las piernas y la gabardina por el suelo como escoba de buen barrendero mientras la cabeza le colgaba totalmente desbocada hacia adelante. Por la tarde lo habíamos visto varias veces por el recinto después de su actuación y cada vez que lo veíamos le notábamos más el aumento de pelotazo entre una vez y la siguiente. Se veía venir cómo acabaría.

Por último llegaban Stryper, otra banda ochentera que jamás había visto. No estuvieron mal, pero la fiesta que crearon y el concierto que nos brindaron sus precedentes deslucieron algo su actuación. Cómo no, se lanzaron las Biblias características que Stryper siempre suelen llevar consigo en sus directos.
Al final, pues bien, pero las dos bajas inesperadas de alto calado marcaron negativamente el desarrollo del evento y deslucieron bastante lo que podía haber sido algo grandioso para muchos. Y es que Crematory y Behemoth eran dos de los pilares fundamentales de ese festival. 

Una verdadera lástima, o mejor dicho… ¡maldita mala suerte!, pero por otra parte... bendita la buena por conseguir llegar a la gasolinera.

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