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lunes, 19 de septiembre de 2011

Iron Maiden "The Number of the Beast" Dibujo (LP - 1982)

El nivel al que llegó este disco en su época es para enmarcar sin ningún tipo de duda.

Los privilegiados que pudimos disfrutar de su portada en LP tal como se lanzó el disco a la venta (y que seguro todavía conservamos), disfrutamos también de los inicios de Bruce Dickinson con Iron Maiden, y además, gozamos y formamos parte de la gran oleada de fans que los Maiden consiguieron hacer suyos con este espléndido trabajo.

Es de los discos imprescindibles en cualquier colección de cualquier Metalero que se tercie, le guste el estilo que le guste. No hay excusas. Desde el primer tema, hasta el último, no hay hueco para distraerse ni un ápice.

La puesta en escena que llevaban en la gira `The Beast on the Road´ de 1982, creaba una adicción irresistible para cualquier Heavy que se cruzase ante ellos, y la vitalidad de todos y cada uno de sus componentes era envidiable.

Ese disco despertó al Heavy Metal, que todavía no había arrancado con la fuerza necesaria como para consolidarse definitiva y plenamente en la escena musical mundial pese a que ya existían grandes bandas, como lo eran entonces Judas Priest, AC/DC o Black Sabbath, que ya llevaban tiempo intentando lograr ese reconocimiento, y que aunque más tarde sí, por aquel entonces no lo consiguieron a tan gran escala como lo hicieron los Maiden con este gran bombazo.

Tal fue la admiración por la banda y por sus portadas que un día decidí dibujar a lápiz al Eddie de la portada de éste magnífico LP.

Dibujarlo me costó exactamente 3 horas y 5 minutos. Al principio empecé a dibujarlo a solas en el local que teníamos para reunirnos los amiguetes (el Club Six), pero cuando iba cogiendo forma el monstruito mis colegas fueron fijando sus ojos en él, situándose interesados a mi alrededor mientras yo continuaba dibujando.

Cuando terminé sólo les faltó aplaudir tal como iba alejando el dibujo de mi cara, extendiendo el brazo para poder observar bien el efecto final.

La verdad es que al principio no pensé que pudiese conseguir un buen dibujo, ya que Eddie estaba plagado de nervios y músculos que, obviamente, veía más que difícil poder representar en el papel. Pero al final mi esfuerzo y mi insistencia tuvieron su recompensa.

Aquí les dejo ese dibujo, pero hay que hacer una aclaración importante al respecto: el dibujo lo realicé en una hoja de libreta grande con cuadrículas. Ya en casa, y para que no se perdiese, lo enrollé como un pergamino y lo escondí en la caja de carga de un camión de juguete que se estilaba en aquellos años, el famoso Pegaso de Rico.

Un tiempo después, lo saqué e hice fotocopias de dos tamaños inferiores al de la hoja original para regalarlas a gente que me lo pedía después de haberlo enseñado a algunos de mis colegas, y luego lo volví a meter en ese camión. Hasta que llegó un día que desapareció, no sé si por mi culpa o por la de otras personas, pero la cuestión es que desapareció.

Y gracias a que conservé en otro lugar una copia tamaño cuartilla de aquellas que regalaba, la cual ahora puedo mostrarles. Pero, al mismo tiempo que con gusto, la muestro también con gran tristeza de que no sea aquel maravilloso original.

Se puede apreciar el color que ha adquirido el papel con el paso del tiempo, los pliegues que en su día se hicieron al doblarlo, las imperfecciones por ser fotocopia y la marca de las chinchetas de tenerlo clavado en la pared.


Eddie

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